La labor comercial es una de las tareas que más tiempo requiere cuando creas tu propio negocio y eres su único integrante: obtener el listado de posibles clientes, contactar con ellos para concertar una visita comercial, ir a sus instalaciones…

Comercial

Está claro que saber vender tu producto es fundamental, pero es mucho más saber tras una primera reunión qué es lo que a partir de ese momento el cliente  espera de nosotros.

Hablando con compañeros «emprendedores» que realizan la labor comercial he llegado a la conclusión de que a todos nos ha ocurrido en alguna ocasión que tras una reunión con un cliente, en la que todo nos parece haber ido genial, terminamos perdiendo la venta por falta de entendimiento. ¿Por qué ocurre esto? Pues en muchas ocasiones porque no hemos entendido bien qué es lo que nos han pedido.

De ahí la importancia de que, una vez acabada la reunión, hagamos un resumen final de lo que hemos estado hablando y de cuales serán los siguientes pasos a seguir. Pero en el mundo en que vivimos, donde las prisas imponen el ritmo, disponer de 5 minutos para sintetizar una reunión de una hora a veces resulta complicado.

¿Qué es lo que yo hago? Nada más acabar una reunión redacto un email para la persona con la que me he reunido con los conceptos clave que se han tratado, las propuestas, las objeciones recibidas y, sobre todo, con los siguientes pasos a dar para lograr el cierre de la venta.

Aparte de dar impresión de eficiencia y seriedad, y causar una buena impresión a nuestro posible cliente, yo siempre acabo solicitándole que me indique si me he saltado algún punto de los tratados o si, aparte de lo indicado, espera algo más de mi propuesta final.

Esta es mi táctica comercial para intentar no perder un cliente por culpa de un malentendido… ¿cuáles son vuestros «trucos» para evitarlo?